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Esta desolada tierra indomable de helados páramos llamada Ártica abarca los territorios más al norte de Mul Sabbut. Su inhospitalario clima es a causa de los inmensos glaciares, las altas montañas de la Cordillera del Norte y los terribles vientos. La gente utiliza el término de Ártica para describir los lugares situados tan lejos al Norte que quien viaja por ellos puede congelarse mientras camina. Se trata de unas regiones heladas donde viven pocas razas humanoides pero hay unos pocos sitios de interés, la mayoría sólo accesibles para los orcos y sus aliados.
Ártica comienza en la Cordillera del Norte y se extiende hacia el este y el oeste tan lejos como hasta el fin de la tierra principal helada, alcanzando hacia el oeste los ramales más orientales del valle de la Muerte y hacia el este la desolada tierra de Naggaroth. Nadie sabe cuánta tierra hay al norte, pero los glaciares del interminable mar de los Hielos Eternos hacen inhóspitas esas tierras. Muchas historias hablan de valles bloqueados por el hielo y llanuras salvajes rodeadas y protegidas por grandes picos donde pueden hallarse aún extrañas bestias y excéntricos magos originarios de otros planos. Sólo los aventureros estúpidos o demasiado osados se dirigen a estas regiones voluntariamente. Todo el que reside en esta región lo hace porque nació aquí o porque ha llegado buscando las riquezas perdidas de un pasado de esplendor.
Lo que la tierra tiene de peligrosa, lo tiene de rica, puesto que en las montañas se encuentran importantes yacimientos de metales y gemas. Estas tierras atraen extranjeros en busca de riquezas. Muchos, sin embargo, encuentran antes a las hordas salvajes de agresivas tribus y un clima tan peligroso como sus habitantes. Sólo los humanos y enanos más imprudentes se aventuran en busca de hierro, gemas, oro y otros metales que no pueden ser encontrados fácilmente en tierras más hospitalarias.
Esta lejana región, de grandes espacios inhabitados y a mucho camino hacia el norte, mantiene muy poco contacto con el resto de Mul Sabbut. Una o dos veces al año (generalmente en verano), mercaderes de las regiones frías llegan a las prósperas regiones del sur con pieles, carne de foca, hermosos objetos tallados en madera, hueso y oro. Parten llevándose armas, plata y varios tipos de carne para comerciar con la gente de Ártica.
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